LA FUERZA DEL LENGUAJE
Por poner un ejemplo muy obvio: una vaca, en nuestra cultura, es ante todo una vaca lechera, o un animal que da leche; pero en la India, es ante todo un animal sagrado. Otro ejemplo: en Japón, los gusanos de seda pueden llevar el sufijo honorífico de "-sama" (kaiko sama), que es como tratarles de "señores"; y lo mismo ocurre con la luna (o-tsuki-sama). Aunque a nosotros, en nuestro muy culto hemisferio occidental, no se nos ocurriría tal cosa.
Todo esto viene a cuento a propósito del siguiente haiku de Sooseki, que yo estaba traduciendo para una antología.
(1) tooroo no / nani o motte ka / rippuku su
La mantis religiosa: / -cómo o por qué, lo ignoro- / sugiere enfado. ....................Traducc. mía
Mi sorpresa fue grande, pues el tercer verso me resultó totalmente inesperado. Si en mi versión española leemos sólo hasta "sugiere" (inclusive), el sustantivo que le pondríamos a continuación no sería seguramente "enfado" ni uno de sus términos afines ("ira, indignación, irritación..."); sino que sería más bien algo así como "(sugiere) devoción, religiosidad, piedad...", o algún sustantivo que case bien con la misión de dicho insecto como "mantis religiosa" -"a praying mantis", en inglés-; son curiosos los apelativos de "rezandera" y "santateresa", que también se le atribuyen en nuestra lengua, y que abundan en dicho sentido religioso.
Indagando en la lengua japonesa, otro nombre del mencionado insecto -y más frecuente aún que el de "tooroo" mostrado en el haiku- es el de "kamakiri (2), palabra compuesta de "kama" 'hoz, dalle, guadaña' y verbo "kiru" 'cortar, seccionar'. Esta denominación hace ver a nuestro insecto no como un animalito rezador, sino como un devorador de otros insectos menores, a los que caza y destroza con sus patas anteriores prensoras, que son armas cortantes a modo de guadañas mortales.
El insecto en cuestión aparece en algunas frases japonesas interviniendo en contextos de cierta violencia, como (3) "tooroo no ono wo furuu" 'esgrimir el hacha de una mantis' para expresar algo así como "cocear contra el aguijón".
Ante tal panorama, he comprendido que un japonés no ve a la mantis como especialmente "religiosa", sino como un guerrero que se apresta al combate. Y de hecho, la "pose" de una mantis recuerda la de un karateca que flexiona briosamente sus brazos.
Podemos encontrar aquí una explicación de por qué Sooseki ha captado un aire de enfado en la figura de una mantis. Aunque él, como artificio retórico, finge ignorar el por qué, seguramente intuye que está viendo a esa mantis más como feroz "kamakiri" que como una devota rezadora.
En apoyo de esta idea, no está de más recordar la opinión de Hattori, un lingüista -precisamente- japonés, que nos dice: "Es completamente evidente que ni una palabra extranjera sinónima, ni un dibujo, son suficientes para describir el contenido de una palabra. Incluso si vemos las cosas que la palabra denota, no conocemos los rasgos de esas cosas a los que los nativos tienen costumbre de conceder su atención." (Hattori, S.: "The analysis of meaning")
La cita es muy esclarecedora. Dicho de otro modo: No captaremos el significado global de una palabra a menos que conozcamos lo que ésta connota para sus usuarios nativos, más allá de lo que meramente denota. Pues hay significaciones virtuales o connotativas que se actualizan en determinados contextos, como -por cierto- ocurre aquí.
COMENTARIO DEL HAIKU (1)
Este haiku responde perfectamente a la pauta métrica canónica de 5-7-5 sílabas. Su "kigo" o palabra de estación -"toorooo", o bien "kamakiri"- se adscribe al otoño; aunque si se tratase del nacimiento de dicho animal, se adscribiría al verano.
Primer verso: "tooroo no". También se podría leer, siguiendo lo dicho, y según un manual de "kigo" consultado: "kamakiri no". Esa lectura alternativa encajaría igualmente bien en el cómputo silábico. Sin embargo, en la edición que uso de Sooseki (Iwanami shoten) aparece la lectura "tooroo" en furigana (= en escritura silábica adosada a los kanjis); pues seguramente sería la lectura favorita para Sooseki. La traducción de este primer verso sería: "(Tratándose de) la mantis..."
Segundo verso: "nani wo motte ka". A la letra, con cierta aproximación: "¿qué medio empleará (para ello la mantis)?". Podemos glosarlo como " ¿a cuenta de qué cosa (ocurrirá que...)?"
Tercer verso: "rippuku su". A la letra: "muestra (o provoca) ira (indignación, enfado)". Lo he traducido como "sugiere enfado", frase de amplia semántica, la cual puede dar a entender tanto que tiene enfado como que transmite o provoca enfado.
En resumidas cuentas: que vale la pena tratar de ver la realidad con mirada japonesa, para así acercarnos a desentrañar ciertos curiosos enigmas que en la lengua de sus hablantes se plantean.