Una difusa
luz en el horizonte,
estrella diurna.
Madrugada, alba
de latentes presencias,
mañana clara.
Todo espejismo:
el pájaro que vuela,
tus ojos mismos.
Tu archipiélago,
escorpión claroscuro
océano adentro.
El viento cambia
a raudales la duna
hasta la playa.
Las ideas nacen,
crecen, se reproducen
y se deshacen.
Tan levemente
hablas, que tus palabras
me rozan -leves.
Luna y veleta;
de falsa plata la una,
la otra -incierta.
Páginas blancas
esperando la musa
-ideas con alma.
Esputa el papa
idénticos gargajos
que el ángel malva.
Juega, anda y pasa:
es la filosofía
desnuda y clara.