Haikus destacados Julio 2017
Publicado: 13 Ago 2017, 12:44
Muchas gracias a la amiga Leti (hadaverde) por su participación en la selección del mes de Julio con este detallado análisis de los haikus destacados.
Gracias a todos l@s compañer@s de Paseos.net por compartir tantos instantes y a Grego por brindarme la oportunidad de seleccionar los haikus del mes de Julio que más me han llegado. Es un placer seguir el camino del haiku juntos.
Chillan las gaviotas –
El niño tirando
piedras al río
de Gorka Arellano.
Un haiku de métrica 6/6/5, de ritmo agradable. El kire (cesura) está en el primer verso y viene marcado al final de éste por un guión (-) separando las dos escenas que lo conforman.
Éste es un haiku donde predomina el sentido del oído. Los sonidos se entremezclan de forma armónica: el chillido de las gaviotas, el chapoteo de las piedras que lanza el niño, el propio río... y propician un instante pleno de sensaciones y abierto al lector. Gracias Gorka por compartir.
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Luna nueva
¡ El galán de noche
está en flor!
De Unsui
15 sílabas (4/6/4+1) componen este haiku, formado por dos imágenes que se complementan. De ritmo suave, la cesura viene expresada por los signos de exclamación de los dos últimos versos. El kigo (flor) nos sitúa en primavera o principios de verano.
Del cielo a la tierra, de lo ausente a lo presente… La Luna no está visible, pero en la tierra las flores del galán de noche se han abierto y con ellas su inconfundible aroma. El haijin nos hace partícipes del aware que le ha commocionado, dejando constancia de ese momento irrepetible.
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Sonido de olas.
Un muchacho silba
entre las dunas.
De Petrus
Este haiku tiene una métrica de 5/6/5. Presenta dos imágenes y en esta ocasión el kire se expresa mediante un punto y aparte al final del primer verso.
Es un haiku muy sonoro: aquí el sentido del oído se agudiza y ambos sonidos, olas y silbido, se distinguen a la vez que se complementan y dan lugar a que el lector se imagine mucho más al leer estos versos. Más de una vez he vivido momentos como éste y Petrus lo ha plasmado de forma muy sutil.
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En el suelo
el pimpollo de camelia...
Sol invernal
De Mary
En esta ocasión, nos encontramos con un haiku cuyas 17 sílabas de distribuyen en 4/8/5. Los puntos suspensivos al final del segundo verso expresan la cesura. El kigo (referencia estacional) está presente en el último verso.
La camelia es una hermosa flor que brota en invierno, pero en esta ocasión no ha podido ser. Ese sol invernal sigue alumbrando y calentado ese pimpollo que ya no brotará… Un haiku que llega al corazón.
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Contracorriente,
no se mueve del sitio
el pescador
de Barlo
Con una métrica ajustada perfectamente al canon 5/7/5, este haiku presenta un contraste entre dos escenas, separadas por una coma al final del primer verso.
Un haiku espléndido el que comparte Barlo. Frente a la fuerza de la corriente, la quietud del pescador, impasible, paciente, como fundido con el propio río… Todos los sentidos se ponen en marcha al leer este haiku. Naturaleza en estado puro.
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Desde su sillón
la abuela contempla
la nevada.
De Pespir
Con una disposición 6/6/4, este haiku presenta una única escena por lo que carece de kire. Sí está presente el kigo de temporada, la nevada, en el último verso. Tiene un ritmo fluido que lleva al lector a situarse perfectamente en la escena.
Este haiku tiene el encanto de lo sencillo y ahí radica su grandeza. Las abuelas son muy sabias, y en este mundo donde todos van con prisas, ellas saben mucho de disfrutar de momentos como éste. Un haiku lindo y entrañable que nos dice mucho.
Gracias a todos l@s compañer@s de Paseos.net por compartir tantos instantes y a Grego por brindarme la oportunidad de seleccionar los haikus del mes de Julio que más me han llegado. Es un placer seguir el camino del haiku juntos.
Chillan las gaviotas –
El niño tirando
piedras al río
de Gorka Arellano.
Un haiku de métrica 6/6/5, de ritmo agradable. El kire (cesura) está en el primer verso y viene marcado al final de éste por un guión (-) separando las dos escenas que lo conforman.
Éste es un haiku donde predomina el sentido del oído. Los sonidos se entremezclan de forma armónica: el chillido de las gaviotas, el chapoteo de las piedras que lanza el niño, el propio río... y propician un instante pleno de sensaciones y abierto al lector. Gracias Gorka por compartir.
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Luna nueva
¡ El galán de noche
está en flor!
De Unsui
15 sílabas (4/6/4+1) componen este haiku, formado por dos imágenes que se complementan. De ritmo suave, la cesura viene expresada por los signos de exclamación de los dos últimos versos. El kigo (flor) nos sitúa en primavera o principios de verano.
Del cielo a la tierra, de lo ausente a lo presente… La Luna no está visible, pero en la tierra las flores del galán de noche se han abierto y con ellas su inconfundible aroma. El haijin nos hace partícipes del aware que le ha commocionado, dejando constancia de ese momento irrepetible.
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Sonido de olas.
Un muchacho silba
entre las dunas.
De Petrus
Este haiku tiene una métrica de 5/6/5. Presenta dos imágenes y en esta ocasión el kire se expresa mediante un punto y aparte al final del primer verso.
Es un haiku muy sonoro: aquí el sentido del oído se agudiza y ambos sonidos, olas y silbido, se distinguen a la vez que se complementan y dan lugar a que el lector se imagine mucho más al leer estos versos. Más de una vez he vivido momentos como éste y Petrus lo ha plasmado de forma muy sutil.
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En el suelo
el pimpollo de camelia...
Sol invernal
De Mary
En esta ocasión, nos encontramos con un haiku cuyas 17 sílabas de distribuyen en 4/8/5. Los puntos suspensivos al final del segundo verso expresan la cesura. El kigo (referencia estacional) está presente en el último verso.
La camelia es una hermosa flor que brota en invierno, pero en esta ocasión no ha podido ser. Ese sol invernal sigue alumbrando y calentado ese pimpollo que ya no brotará… Un haiku que llega al corazón.
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Contracorriente,
no se mueve del sitio
el pescador
de Barlo
Con una métrica ajustada perfectamente al canon 5/7/5, este haiku presenta un contraste entre dos escenas, separadas por una coma al final del primer verso.
Un haiku espléndido el que comparte Barlo. Frente a la fuerza de la corriente, la quietud del pescador, impasible, paciente, como fundido con el propio río… Todos los sentidos se ponen en marcha al leer este haiku. Naturaleza en estado puro.
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Desde su sillón
la abuela contempla
la nevada.
De Pespir
Con una disposición 6/6/4, este haiku presenta una única escena por lo que carece de kire. Sí está presente el kigo de temporada, la nevada, en el último verso. Tiene un ritmo fluido que lleva al lector a situarse perfectamente en la escena.
Este haiku tiene el encanto de lo sencillo y ahí radica su grandeza. Las abuelas son muy sabias, y en este mundo donde todos van con prisas, ellas saben mucho de disfrutar de momentos como éste. Un haiku lindo y entrañable que nos dice mucho.
