La voz del viento. Una palabra que se abre paso a través de la memoria y que al llegar hasta el vientre, asciende paso a paso entre una encrucijada de madreselvas que atenazan nuestra lengua. Desechar desiertos y palmerales para que el olvido no sea ningún espejismo, ninguna ficticia rendija entre los sueños. Ni tan siquiera un río olvidará su cauce; ni evitará los meandros de su propia longitud aunque a veces se demore entre deltas y riberas. Tampoco las palabras claman en un desierto. Ningún poema es un canto en el vacío. Un río es como una corriente de aire subterránea. No termina el invierno.
Con la ventisca
se adentra entre los pinos
el aguanieve
La voz del viento. Una palabra que se abre paso a través de la memoria y que al llegar hasta el vientre, asciende paso a paso entre una encrucijada de madreselvas que atenazan nuestra lengua. Desechar desiertos y palmerales para que el olvido no sea ningún espejismo, ninguna ficticia rendija entre los sueños. Ni tan siquiera un río olvidará su cauce; ni evitará los meandros de su propia longitud aunque a veces se demore entre deltas y riberas. Tampoco las palabras claman en un desierto. Ningún poema es un canto en el vacío. Un río es como una corriente de aire subterránea. No termina el invierno.
Con la ventisca
se adentra entre los pinos
el aguanieve
Profundo, como esos ríos subterráneos....
Gracias, kotori
"Que nada me pertenezca
solo la paz del corazón
y el frescor del aire" Issa