Enero 2015. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Colaboraciones del profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala, profesor jubilado de Filología Hispánica de la Universidad de Sevilla, autor del famoso libro "El haiku japonés" (Ed. Hiperión).

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Enero 2015. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

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ELEMENTOS PRECURSORES DEL HAIKU EN NUESTRAS LETRAS: EL PENTASÍLABO Y EL PIE QUEBRADO.
El haiku, según su medida canónica de 5/7/5 sílabas, consta de un heptasílabo (segundo verso) y dos pentasílabos (versos primero y tercero). Hemos visto en el artículo anterior una breve historia del heptasílabo castellano, centrada en los albores de nuestra literatura. Corresponde, pues, considerar ahora el pentasílabo.

De entrada diré que en el haiku me parece más importante el pentasílabo de cierre del poema (tercer verso) que el de inicio del mismo (primer verso); y de hecho cuando hay irregularidades en la métrica del haiku japonés, es más fácil que estas se produzcan en alguno de los dos primeros versos que en el tercero. Pienso que ello se debe a que el cierre del poema hay que cuidarlo especialmente, y así lo entienden los poetas japoneses .

Ni que decir tiene que el pentasílabo, al ser un verso bastante breve, resulta raro -al menos por lo que toca a nuestra lengua- que se encuentre como pauta uniforme en secuencias de versos de dicha medida; y es más fácil encontrarlo en compañía de otros versos más largos. Tampoco me parece que sea apto el pentasílabo para largos relatos y narraciones, al estilo del romance.

A modo de rareza, citaré unos pentasílabos de Espronceda (1808-1842) en serie secuencial:

Y siente luego
su pecho ahogado,
y desmayado,
turbios sus ojos,
sus graves párpados
flojos caer;
la frente inclina
sobre su pecho,
y a su despecho,
siente sus brazos
lánguidos, débiles
desfallecer.

José Zorrilla (1817-1893), coetáneo de Espronceda, también usó ocasionalmente este metro en forma similar.

Mayor interés presentan los siguientes pentasílabos de Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), llamados -por su acentuación en primera y cuarta sílabas- "adónicos":

Ven, prometido
jefe temido,
ven y triunfante
lleva adelante
paz y victoria.

Su tono dialogante de ruego, sin duda exime a estos versos del carácter narrativo que tenían los de Espronceda. Asimismo es cierto que aquí tenemos cinco versos, frente a los doce anteriormente citados.

La denominación de "adónico" le viene este metro por el verso "adonio" de la literatura clásica grecorromana: un pentasílabo acentuado en primera y cuarta sílaba, o bien -dicho de otro modo- un pentasílabo que constara de un dáctilo y un troqueo (1). En la posible adaptación de esta pauta métrica al verso español, nuestras sílabas tónicas o acentuadas equivalen a las largas clásicas (las dotadas de vocales largas), y las átonas a las breves clásicas. Compruébese sobre el ejemplo "céfiro blando". Esa secuencia rítmica del verso adonio era la que también aparecía como terminación de cada hexámetro clásico, verso este empleado en las grandes epopeyas: la Ilíada, la Odisea, la Eneida. Y la misma secuencia de dáctilo y troqueo, constituida ya en verso independiente, era la que -con el nombre de verso adonio-remataba, como una especie de pie quebrado, la "estrofa sáfica", característica de Safo de Lesbos, y muy bien representada en la literatura latina por Horacio. La estrofa sáfica consistía en tres versos endecasílabos y un adonio. Obviamente, un poema podía contener varias estrofas. En nuestra patria, Esteban Manuel de Villegas (1596-1669) se aplicó a imitar el procedimiento en castellano mediante su famosa "Oda sáfica", que comienza así:

Dulce vecino de la verde selva,
huésped eterno del abril florido,
vital aliento de la madre Venus,
céfiro blando;

Otro conocido autor que cultivó este tipo de estrofa sáfica fue Juan Meléndez Valdés (1754-1817).

Aquí estamos contemplando ya el pentasílabo como pie quebrado. La estética aneja al procedimiento del pie quebrado, radica en que tal verso breve le corta al lector la expectación normal de encontrarse otro verso largo, dándole en su lugar uno más breve: el cual favorece el clima de silencio y meditación sobre aquello que posiblemente queda por decir. Es interesante ese verso breve que sugiere más que dice. En su brevedad, el pentasílabo adónico crea un blanco mental que el lector debe saborear e interpretar.

Un ejemplo típico de pie quebrado lo representan las coplas de Jorge Manrique ( 1440-1478) a la muerte de su padre; aunque estas, al estar escritas en octosílabos con pie quebrado tetrasílabo, no se corresponden con la medida del haiku. El octosílabo -dicho sea de paso- casa mal, por su sonoridad distinta- con el endecasílabo y con el heptasílabo.

Puede resultarnos curioso que en plena Edad Media, hacia fines del siglo XIV, tenemos una preciosa combinación de heptasílabos y pentasílabos por obra de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, en su "Libro de Buen Amor". Se trata de su "Cantiga de loores de Santa María":

Quiero seguir a ti,
flor de las flores;
siempre decir
cantar de tus loores,
no me partir
de te servir,
mejor de las mejores.

La medida de esta cantiga es de 7/5/5/7/5/5/7, con rima consonante imperfecta -por el primer verso, que la hace asonante- que se puede sintetizar así: a/b/a/b/a/a/b.

No me resisto a dejar de citar la siguiente seguidilla, por tratarse de un tipo de poema que (como quedó dicho en el artículo anterior) es el más afín a la métrica del haiku; lleva cuatro versos de 7/5/7/5 sílabas -aunque esta vez, al parecer, carece de "fuga" en 5/7/5-:

Mariquita me llaman
los arrieros,
Mariquita me llaman,
voyme con ellos .
Anónimo

En mi labor de búsqueda por antologías, preceptivas retóricas y tratados de métrica, mientras procuraba encontrar ejemplos adecuados para citarlos, me he venido sintiendo un poco identificado con el haijin Masaoka Shiki (1867-1902) -y salvas sean las diferencias, por supuesto-, cuando él examinaba muchos haikus para seleccionar los publicables en la revista "Hototogisu" ('El cuco'), según lo expresa en este haiku (2):

sanzen no / haiku wo esshi / kaki futatsu ....................................... Shiki

Mientras reviso
tres mil haikus, disfruto
de un par de kakis. ....................................... Traducción mía

Una frugal comida -dos kakis- para tanto trabajo. Es un haiku muy testimonial, ya que relata una escena cotidiana. Si he de ser franco, ni mi trabajo ni mi comida se parecen a lo que describe Shiki. Pero sí me gustaría parecerme a él en su afición al haiku y en su sed por encontrar lo mejor.

Ni que decir tiene que la medida de este haiku de Shiki es impecable: 5/7/5. Por lo demás, el "kigo" habría que determinarlo por el "kaki" citado -su fruta favorita, por lo que sabemos- resultando ser el otoño: buena temporada para un trabajo ingente de recolección, en más de un sentido. Comprendemos lo arduo de la tarea de nuestro poeta, y ciertamente nos sirve de ejemplo.

Es un haiku de contenido metalingüístico; pues, expresándose en forma de haiku, tiene como tema el haiku mismo. Resulta ser así como un claro espejo que nos refleja la imagen abrumadora de tres mil haikus como tarea de lectura y examen, manifestándose en este singular haiku del autor.

La circunstancia es especialmente interesante, ya que fue precisamente Shiki quien acuñó el término "haiku" (3) para un tipo de poema breve que antes se llamaba "haikai" (4), valiéndose para ello de una síncopa de la frase "haikai no hokku" (5) o 'verso inicial' en una rueda de creación poética llamada "haikai (no) renga" o 'producción en cadena de haikais'. Tomando el kanji inicial de la frase (5), que es "hai-", y el kanji final de la misma "-ku", tenemos creada la palabra "haiku". ¡Con qué orgullo Shiki la emplearía, habiéndola inventado él! Bien podía tratarse del estreno de dicha voz en el lenguaje y contexto vivo del haiku.
Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala. Universidad de Sevilla
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Gorka Arellano
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Re: Enero 2015. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por Gorka Arellano »

Gracias de nuevo profesor.

:chino
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Re: Enero 2015. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por Tarsis »

Gracias, ge-érgon, por tu mensaje y tu expresivo emoticón. Seguimos en contacto en torno al haiku, Fernando
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Manuel
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Re: Enero 2015. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por Manuel »

Como siempre un gran artículo, amigo y compañero Fernando. Nos demuestra que en este taller seguimos aprendiendo.
:-q
Salud
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Re: Enero 2015. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por Tarsis »

Manuel: gracias por tu gratitud. Yo también aprendo -y aplaudo por ello, como tu emoticón- de la afición al haiku que mostráis los asiduos de paseos.net. Un abrazo de Fernando
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