La perfección en este caso la veo representada en el haiku que presentamos (1), uno de mis favoritos entre los compuestos por Bashoo:
Kiyotaki ya / nami ni chirikomu / ao-matsuba (1) Bashoo
Cascada límpida; / el pinar lanza agujas / sobre sus aguas. (Traducc. mía)
La traducción de Antonio Cabezas es la siguiente:
Claras cascadas. / Se esparcen en sus olas / hojas de pinos. (Traducc. A. Cabezas)
Esta traducción del Prof. Cabezas opta por sustantivos en plural: cascadas, olas, hojas, pinos. Esto es posible, y coherente con la ambigüedad de número gramatical a que da pie la lengua japonesa. Yo, sin embargo, he elegido algunos singulares como “cascada” y “pinar” (este último, de valor colectivo), pues opino que la intuición estética propia de la poesía se centra más fácilmente sobre algo individual (sobre una cascada concreta, en nuestro caso).
En japonés no hay palabras distintas para las nociones de ‘cascada’ y ‘catarata’. Para ambos conceptos basta con el sustanivo “taki”. En el ideograma de “taki” figuran tres gotas (simbolizando agua) junto a la imagen estilizada de un dragón. Los antiguos chinos y japoneses pensaban que en la catarata habitaba un rugiente dragón, el cual en vez de fuego exhalaba espuma. El prefijo léxico “kiyo-“ que se añade a “taki” es el adjetivo apocopado “kiyoi” o “kiyoshi”, que significa ‘limpio, puro’. Por lo demás, dada la geografía local, no hay en Japón grandes cataratas comparables ni lejanamente a las de Niágara o Iguazú. Aunque sí hay muchas y bellas cascadas.
“Kiyotaki” (‘limpia cascada’) es un arroyo de montaña cercano a Kyoto, al oeste de dicha ciudad. La cascada tiene lugar donde el torrente de su cauce se precipita en el lago Ooi. Cerca de dicho emplazamiento se erigió el 12 de julio de 1971 un monumento en piedra, donde el haiku que comentamos aparece grabado, en homenaje a Bashoo y a aquel precioso paisaje.
Este haiku, en la forma citada (1), fue compuesto en otoño de 1694, siendo así uno de los últimos que creara Bashoo. Meses antes, en junio del mismo año, el maestro había escrito el siguiente poema, que hoy consideramos como precedente de (1):
Kiyotaki ya /nami ni chiri naki / natsu no tsuki (2) Bashoo
Cascada límpida: / ni una mancha en sus olas. / Luna de estío. (Traducc. mía)
Cualquier “mancha en sus olas” podría venirle a la cascada por la polvareda del ambiente o por el agua fangosa. Pero lo singular es aquí la inmaculada limpidez del agua. Este rasgo, con todo, es redundante sobre la idea de “cascada límpida” ya expresada, y parece ser que a Bashoo le molestaba tal pleonasmo. Por eso, poco antes de morir, produjo el haiku (1) con la corrección que aporta sobre el (2), y en este sentido habló con su discípulo Kyorai.
Tal anécdota nos habla del afán de perfección que alentaba siempre el maestro. Curiosamente, la voz “chiri” –que aparece en ambos poemas- representa de hecho dos palabras homófonas no homónimas, pues significa ‘polvo’ en (2) –véase (3)- y ´caer´ en (1) -véase (4)-. Dicha homofonía pudo servir de puente a Bashoo para pasar de una palabra a otra y cambiar así el poema, destruyendo la redundancia.
COMENTARIO del poema (1).
El haiku es impecable en su forma. Su “kigo” o palabra de estación es “hojas de pino” –o, más concretamente, “agujas de pino”- que caen sobre el agua, y apunta al otoño. (De paso diremos que el poema (2) tiene como “kigo” el verano: “luna de estío”.)
En cuanto a su contenido, la idea del primer verso, que es la limpidez impecable del agua, parece contrastar con la aparición de agujas de pino en el oleaje de dicha agua. “No estará, pues, tan limpia”, quizá pensamos. Pero no olvidemos que las agujas de pino representan un elemento natural, y que con frecuencia caen aún verdes. Por lo tanto, no empañan la limpieza del agua. Aparte de ello, siendo “agujas” u hojas punzantes, concuerdan bien con la idea de “chiri-komu”, es decir: ‘caen, precipitándose adentro del agua’ o bien ‘hendiendo la superficie de la corriente’. Por ello he traducido “chiri-komu” mediante el verbo “lanzar”: “el pinar lanza agujas”. Aquí hay otro contraste: entre la sutileza y transparencia de las aguas, y las hirientes agujas de pino que, como dardos, hienden su limpia superficie.
Por lo demás, para nosotros creo que el concepto de ‘olas’ –que responde a “nami” (5)- no casa tan bien con el de ‘cascada’, y por eso he elegido la frase “sobre sus aguas”, que ya se entiende han de ser aguas alborotadas –aunque limpias y claras- al salvar saltando el desnivel propio de la cascada.
El presente haiku es un soplo de naturaleza fresca y viva, contemplada con amor. El afán de perfección de Bashoo y los contrastes que consigue nos han regalado esta impagable obra de arte.