Gracias, Jordi y Gorka, por comentar. Cuando todo alrededor era agitación de sombras de toda clase de objetos, plantas, hierbas, ramas, ropa tendida, cables, carteles, etc, etc, qué serenidad contemplar esas sombras inmóviles...
Muy buen haiku, compañero Barlo, algo que ven nuestros ojos mil veces, pero nunca lo observamos con el detenimiento con que tu lo has hecho, la sensación relajante de esa sombra inmóvil de las piedras...