Análisis de haikus de octubre por Mercedes Pérez
Publicado: 24 Nov 2014, 14:23
UNAS PALABRAS ANTES DE COMENZAR
Queridos haijines, compañeros y compañeras de este haiku-dô que juntos recorremos. He tenido el placer de ser invitada por Grego para iniciar una nueva faceta de colaboraciones con Paseos.net. con el fin de dar impulso a la parte didáctica del Taller profundizando en algunos haikus seleccionados previamente.
He de decir que por motivos personales, he estado temporalmente alejada de los talleres sobre haiku en los que tan buenos momentos pasé cuando comencé a recorrer este camino. Ahora vuelvo con la alegría de compartir experiencias y opiniones sin otra pretensión que la de echar una mano como lo hicieron conmigo. Nada más que eso. No me cansaré de repetir que solo soy y disfruto siéndolo, una haijin que no deja de aprender en cada paso.
He aceptado esta propuesta al ser consciente de la necesidad que tenemos tod@s los que escribimos haiku con pasión y con los sentidos puestos en ello de que alguien desde la distancia y con una cierta objetividad nos “devuelva” el sonido de nuestros haikus. Alguien que nos diga: esto me sabe rico, huele bien o simplemente no me llega. Para ello es necesario que nos despojemos de nuestras protecciones infladas de egos y nos expongamos humildemente a lo que otros, desde el respeto, tengan que decir sobre nuestros amados haikus.
Con seguridad que en muchos casos habrá diferentes opiniones y es probable que los puntos desde donde cada cual enfoca el haiku tanto como lector o como escritor, puedan entrar en conflicto irreconciliable. Pero esta aparente dificultad, no puede hacernos desistir en abrirnos a las realidades que nuestro haiku evoca en los demás, porque a la postre, estos conflictos nos despiertan del letargo y la comodidad enriqueciendo nuestro mundo y haciéndonos más permeables y simbióticos.
Por último deciros que he decidido no leer las opiniones del foro sobre los haikus que me han enviado para permanecer los más pura posible y evitar influencias ajenas, por lo que es probable que no aporte nada nuevo a lo que ya hayan opinado en el mismo otros compañeros.
Con todos mis respetos, me pongo a ello. Y no es tarea fácil ya que los haikus tienen mucho nivel y ya no se trata de apuntar errores evidentes. Ahora hablamos de sutilezas.
Ya me tocará a mí también.
Gracias -^-, kotori.
DESTELLOS
viendo a la mantis,
el recuerdo de un haiku
¡crunch - crunch!
Tengo que decir que cuando leí este haiku en el blog de Destellos, me impresionó por el mismo motivo que a ella la mantis: la sola visión del insecto la llevó a la evocación de ese impresionante haiku de Seishi que noquea al que lo lee con un sonido que difícilmente se puede olvidar. Ese crunch- crunch, se adhiere a nuestro ser ancestral, a nuestra memoria celular evocándonos a través del sonido la unión irremediable entre la vida y la muerte, de tal manera que ahora la lectura de este haiku, hace erizarse el vello de mi nuca, como lo hizo aquel de Seishi en su momento:viendo a la mantis,
el recuerdo de un haiku
¡crunch - crunch!
かりかりと蟷螂蜂の皃を食む
Karikari to
tôrô
hachi no kao o hamu
Crunch-crunch
Una mantis masticando
la cara de una abeja*
Esa onomatopeya tan potente, tan evocadora a la vez que terrorífica es el resorte que dispara lo que se mueve más allá de los pensamientos, más allá de la estética o de la razón para quedarse clavado en ese espacio inconsciente que nos pertenece a todos y que a su vez es de nadie…
Seguro que algunos se preguntarán si es o no haiku debido a que alude al “recuerdo de un haiku” (valiente en su propuesta) y a que hay un verso clave, idéntico al del haiku que de alguna manera homenajea. Yo siento que es haiku. Creo que Destellos ha sido sincera, ha sentido con la visión de la mantis devorando su comida, “un recuerdo”, una evocación y ha tenido la honestidad de contárnoslo tal y cómo le llegó. Lo ha hecho muy bien.
* traducción Vicente Haya
UNSUI
Noche de octubre.
¡Qué blancos lo jazmines
bajo la luna!
Lo primero que me llega es un agradable olor. Me encantan los jazmines, pero, no me voy a dejar embriagar por su aroma tan fácilmente …. Noche- luna…. Intrínsecamente unidos. La luna suele lucir en la noche ¿no? Sólo si lo hace en el cielo de día resultaría algo importante a destacar en el haiku porque eso no es lo habitual. Tenemos tan poquito espacio en un haiku que es necesario, vital, plantearse los elementos a usar como si se tratara del equipaje que deberíamos llevar en una pequeña mochila con la que haremos un largo viaje. Sólo lo imprescindible, lo necesario. Nada que se repita y que robe espacio a otras cosas importantes. En este caso la luna y la noche. ¿Con cuál de ellos nos quedamos? Es un precioso reto ver qué ocurre cuando prescindimos de uno o de otro. Seguro que los resultados nos pueden sorprender. De todas formas, si tuviera que elegir trabajar con un solo elemento, me esforzaría en el primer verso que para mí se queda algo sosillo. Es como un verso recurso que aparentemente nos facilita la vida a la hora de escribir el haiku.. Propongo ir más allá, salir de la zona de confort. A ciertas alturas, hay que mojarse.Noche de octubre.
¡Qué blancos lo jazmines
bajo la luna!
BARLO
Orilla del lago,
excrementos de garcetas
en cada piedra
Curiosas sensaciones las que me llegan al leer este haiku… He sentido algo seco a pesar que nos muestra un lago y aves acuáticas. Me he preguntado el porqué de esta contradicción y puede que sea por varios motivos: la falta de artículos, la ausencia de verbos o puede que la rima asonante que hay entre garcetas y piedra. Me parece un buen haiku que está a punto de ser un muy buen haiku… pero para ello debería de perder ese estilo tan sumamente conciso. Voy a hacer una prueba para ver cómo le sienta otra versión aunque se vaya de métrica, tan sólo por jugar:Orilla del lago,
excrementos de garcetas
en cada piedra
la orilla de un lago…
los excrementos de las garcetas
en cada roca
No sé, ahí os lo dejo, a ver que os remueve por dentro.
PRUNO
En el estanque,
entre peces y musgo,
la nube gris.
Dos preposiciones que inician los dos primeros versos y una conjunción. No me convence cómo está redactado el momento. Estanque, peces, musgo, nube gris…. puede que sean demasiados ingredientes. A veces es difícil elegir qué elementos son los más importantes y a cuáles debemos renunciar… El caso es que está muy bien sugerir un reflejo sin nombrarlo, pero creo que hay algo en el haiku tal como está que hace que no sea redondo. Yo sugeriría darle alguna vueltita en este sentido y puede que me centrara en el primer verso contándolo de otra manera… Ya que estamos ¿qué tal un homenaje? pero sólo si el estanque es así de viejo ¿eh?En el estanque,
entre peces y musgo,
la nube gris.
Un viejo estanque;
entre peces y musgo,
la nube gris
HADAVERDE
Luna creciente,
el olor de la tierra
recién mojada.
¡Uf! qué bueno…Un haiku lleno de sugerencias, donde el olor de la tierra mojada es tan potente que asciende hasta la luna y viceversa. Se ha establecido un vínculo ancestral entre el firmamento nocturno y la tierra de la mano de la luz de la luna y de ese olor que intuimos puede venir de un chaparrón inesperado… o no. Es muy sencillo, muy makoto, como ha de ser un haiku.Luna creciente,
el olor de la tierra
recién mojada.
MARY
Otro resoplido:
siguen con sus saltos
unas ballenas
Este maravilloso haiku se nos desvela sorpresivamente en el último verso. No sabemos quién o qué resopla ni dónde situarnos hasta que de sopetón aparece ante nosotros la poderosísima imagen de un vasto océano donde esos magníficos animales, unas ballenas, salen de las profundidades azules para adueñarse por un instante del cielo, rompiendo sonora y visualmente con la lejana línea del horizonte. A mi sentir, merece la pena esperar hasta el final. ¡Qué buen sabor me deja!Otro resoplido:
siguen con sus saltos
unas ballenas
GE-ÉRGON
Ni una nube
Vuelve una y otra vez
la mosca de otoño
Este haiku nos lleva primero a mirar muy lejos, allí donde el haijin se encuentra situado en ese preciso instante: junto al sol que luce en un cielo despejado. Y nos ha llevado hasta allí no de cualquier manera, sino a través del mu-i del primer verso, donde la ausencia de nubes se llena de presencias, de color azul, de tibias sensaciones que te atrapan en su calma de sesteo, de calorcito…Y de pronto, una simple mosca que vuela torpemente con la poca fuerza que le otorga el sol de otoño, nos deposita en la realidad, nos hace volver a nuestro cuerpo que siente la fastidiosa presencia del insecto con ese verso que lo expresa tan bien: “Vuelve una y otra vez”.. El otoño también es para nosotros, simples humanos, el preludio del invierno. Ni una nube
Vuelve una y otra vez
la mosca de otoño
MANUEL
Bosque de tarde,
en las copas de los árboles
las últimas luces.
¿Hasta qué punto debemos someternos a la métrica? ¿Qué estamos dispuestos a sacrificar por su estricto dictado? Estas preguntas nos acompañarán siempre porque si el haiku es haiku, entre otras cosas es porque la métrica lo ha mantenido en ese reducto mínimo con la intención de que no quepa nada que no sea imprescindible, o dicho de otra manera, que lo que habita en el haiku en forma de palabras, sea de la justa medida para transmitir la frugal expresión de lo que aconteció ante el haijin. Mi respuesta personal a estas preguntas es clara: Jamás se puede someter la naturalidad del verso a los dictados de la métrica. Por supuesto que hay que buscar la palabra precisa, esa que sea capaz de destilar la esencia de lo que queremos decir, pero no podemos mutilar los versos para que quepan en un haiku. Bosque de tarde,
en las copas de los árboles
las últimas luces.
En este haiku intuyo precisamente ese dilema…. “Bosque de tarde” … no me llega fluido. Lo mismo estoy en un error y si el haijin habla así de forma natural, no tengo nada que decir en cuanto a la forma. Me hubiese llegado más directo y sencillo algo así como “el bosque al atardecer”, pero a pesar de que ahora el verso me hiciera sentir cómoda en su naturalidad, me lleva a otro dilema. Tenemos por un lado bosque: copas de árboles, y por otro atardecer o tarde: últimas luces. La imagen es preciosa. Como amante de la fotografía, sé perfectamente de lo que me habla este haiku, pero como haijin no puedo dejar de ver la redundancia al utilizar palabras o frases que aluden a lo mismo. El bosque incluye en su concepto copas de árboles y el atardecer hace lo mismo con las últimas luces. Animo a Manuel a que enriquezca sencillamente, esta hermosa impresión. Seguro que había otros elementos entre las copas de los árboles, iluminados por esa luz, dignos de aparecer en este haiku.
ANIKO
Brisa fresca
El gru gru gru de las grullas
en el silencio
Me encanta el sonido del segundo verso que se expande en la brisa fresca que nos ha dejado el primero. He de decir que el tercer verso en un principio me decepcionó quizá por esa cosa de llegar a evocar el silencio en un haiku sin nombrarlo. Pero en una lectura más pausada, me llegó una sensación diferente al intuir que el gru gru gru de las grullas podría ser realmente un ruido ensordecedor que rompe el silencio del lugar. En todo caso, ahí están esas diferentes opciones, esas distintas sensaciones que nos pueden llegar a través de un haiku y que nosotros como lectores evidentemente condicionaremos con nuestras manías, nuestras ignorancias o nuestras preferencias. Estas limitaciones como lectores, modifican la percepción del haiku. Por eso es recomendable, leer y releer los haikus. Dejar que el tiempo pase y volver a ellos. Será la manera de apreciar los matices que de otra forma se nos escapan.Brisa fresca
El gru gru gru de las grullas
en el silencio
BIBI
Mientras da el sol
Contemplar una rama
de hoja dorada.
Me gustan los dos primeros versos… te llevan bien, suavemente y de pronto, ¡me siento confundida!. El tercer verso no me impacta con esa chispa que atrapa, sino que me descoloca y me saca de la escena… Puede que se deba a que la rima no hace buenas migas con el haiku. Sólo si no hay más remedio soy partidaria de su uso en un haiku. Por otro lado, la utilización de los singulares: “una rama de hoja dorada” no me resulta natural. Hay algo que pesa demasiado y desequilibra la imagen. Quizás el adjetivo “dorada” para las hojas de una rama en un haiku sea demasiado. Mientras da el sol
Contemplar una rama
de hoja dorada.
-^-